lunes, 13 de abril de 2015

PRIMER DESARROLLO REGIONAL


Primer Desarrollo Regional - Sociedad Moche

CARACTERÍSTICAS:



Después de la decadencia del Estado teocrático Chavín y fin de su hegemonía cultural en el área andina, surgieron diferentes culturas regionales; se organizaron nuevos tipos de Estado de características ya no panandinas sino regionales y teocrático – militaristas. Este período histórico que abarca aproximadamente desde el siglo I d.n.e. hasta el siglo VIII d.n.e. es denominado Primer Desarrollo y Esplendor Regional donde destacaron culturas como: Nazca, Mochica, Huarpa, etc. Otros investigadores también denominan a esta etapa:

• Intermedio Temprano, porque está situado históricamente entre Chavín y Wari (Estados panandinos)
• Época de los Maestros Artesanos, por el gran desarrollo de la cerámica, metalurgia, escultura y textilería.
• Primer Apogeo de los Estados teocrático - militarista, por su expansionismo regional y el predominio de una casta sacerdotal y militar. Pero, cabe aclarar que este período se ubica dentro del Clasismo Expansivo, en general.


SOCIEDAD MOCHE (100dc-800dc)


UBICACIÓN
La cultura Mochica se desarrolló en los valles de la costa norte del Perú actual; en valles fértiles formados por los ríos Ñepeña, Huarmey (Ancash), Moche, Chicama (La Libertad), La Leche, Zaña (Lambayeque). Estas áreas fueron ocupadas productivamente por familias campesinas, quienes sacaron provecho económico, convirtiendo el conjunto de valles en campos de cultivo; para ello, superaron incluso un obstáculo: la falta de agua, puesto que la garúa, llovizna de gotas minúsculas, no provee el líquido elemento suficiente para la actividad agrícola. Además utilizaron los recursos que el inmenso mar les brindaba.
Esta cultura fue descubierta por el arqueólogo alemán Max Uhle, quién la denominó proto Chimú. Posteriormente Julio C. Tello le llamó Mochica, en base al idioma Muchik que hablaron los antiguos pobladores de la costa norte del Perú.

Mapa de ubicación de la Sociedad Moche




ANTIGUEDAD
Alcanzaron su apogeo en los primeros siglos de nuestra era aproximadamente desde el siglo I hasta el siglo VI d.n.e. Por supuesto que no aparecieron de la nada; los mochicas surgieron de los ayllus agrícolas y artesanales de Virú, luego de la desarticulación chavinense, así como de Cupisnique y de Salinar, antiguos centros aldeanos de trabajo agrícola y artesanal. En el inicio de nuestra era llegaron a estructurar un Estado teocrático – militar.
Siglos más tarde, el Estado Moche entró en contradicciones internas y en guerras contra sociedades del sur, es decir con el Imperio Wari, quedando abandonados, en el siglo VII, varios centros que evidencian su trabajo; pero los campesinos, orfebres y artesanos pasaron a convertirse en tributarios de los Wari.


ORIGEN
Se la denomina cultura Mochica en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban sus pobladores. Según Julio C Tello fue la civilización Muchick la que le dio origen.Los elementos de las culturas Cupisnique (“Chavín Costeño”), Salinar, Vicús y Virú se fundieron para formar la gran cultura Moche en sus primeras épocas. Luego de este largo proceso, apareció como una síntesis regional autónoma, con mayores aportes tecnológicos e ideológicos que cualquier otra cultura nor costeña y andina.

ECONOMÍA:

Los Mochica practicaban diferentes actividades económicas para complementar su dieta alimenticia, inclusive duplicaron esfuerzos para transformar la aridez de los suelos en tierras altamente productivas. En la agricultura desarrollaron sus mejores muestras de ingenio y de esfuerzo construyendo acueductos como Ascope y el canal de la Cumbre (ambos de Chicama), con el objetivo de canalizar las aguas de los ríos que fluyen de los Andes y que se desbordan en los meses de verano. Cultivaron maíz, frijol, maní, piñas, ciruelas, etc., los sembraban en tierras abonadas con guano de las islas y estiércol de loso camélidos.


PESCADOR MOCHE
Los Mochica pescaban en el mar usando pequeñas canoas, denominadas actualmente caballitos de totora; capturaban peces de aguas frías y de aguas cálidas con anzuelos, redes y arpones. Capturaban lobos marinos, apaleándolos con grandes mazos. La pesca fue una actividad económica complementaria de la agricultura.

El comercio, realizado con etnias vecinas del Estado Moche, se hacía mediante el intercambio (dirigido por las autoridades), de productos con las regiones quechuas y selváticas. Esto se halla evidenciado en su orfebrería de piedras preciosas, como la turquesa, y en el uso de metales como el oro y la plata, que son propias de la selva norteña.

“Los mochicas conocieron la metalurgia y trabajaron el oro, la plata, el cobre y ensayaron diversas aleaciones entre los mismos. Fueron expertos en dorar a fuego y en frío y también soldaron piezas de metal con magníficos resultados de suerte que si no es del todo posible hacer un inventario preciso del patrimonio cultural de los chimúes, a parte del recibido de los mochicas, así como el que éstos recibieron de los vicus, no puede negarse la existencia de un legado en metalurgia” (Illescas – 1990).



“Los pueblos de los diferentes horizontes culturales del Perú trabajaron el oro, la plata y cobre, pero su curiosidad útil fue más allá y los llevó a producir la Tumbaga y otras aleaciones en busca de cuerpos más duros y resistentes para un trabajo vislumbrado por su mente. Resulta escasa sin embargo la producción de bronce entre los pueblos de la costa norte, aunque existen ejemplos de trabajos interesantes confeccionadas con esta aleación.

Fabricaron herramientas de notable dureza templando el cobre al martillo o consiguiendo con esta propiedad en los mismos yacimientos filoneanos, material conocido con el nombre de champi (Illescas – 1990).
“Los mochicas templaban, soldaban y doraban el cobre utilizando técnicas especiales, extraían el cobre con velas de madera con punto de cobre y trituraban al mismo en el Miray (molino de piedra). La fundición del mineral se hacia en un horno llamado la huayra. Todo ello nos demuestra el gran avance que hemos alcanzado en metalurgia en el antiguo Perú. No obstante que la producción de cobre en el Perú antiguo cubría el 85% de los utensilios usados por el pueblo, con una tradición milenaria en el tratamiento y uso de este metal, la información al respecto es muy escasa (Illescas – 1990).


ORGANIZACIÓN SOCIAL:
Durante la descomposición de la teocracia Chavín surgieron sectores militarizados que tomaron el control político en diferentes regiones. En el valle de Moche surgió un grupo de guerreros que desplazaron a los sacerdotes de la conducción del Estado.
De esa manera, los guerreros y sacerdotes mochicas configuraron una nueva clase dominante, propietaria de los medios de producción (tierras, ganado, trabajo), quienes, para mantener sus privilegios, utilizaron una represión generalizada a través de los mecanismos de poder (ejército, sanciones, religión) y constituyeron un Estado militarista – teocrático.
La clase trabajadora – campesinos, artesanos y pescadores – formaban la base de la sociedad, pero, en la condición de sector sometido debía tributar al Estado, con la fuerza del trabajo, elaborando ceramios, cultivando campos de los dirigentes, construyendo santuarios para los sacerdotes, etc.


Fue un sociedad clasista, aristocrática y guerrera. Las diversas clases sociales que existían tenían diferencias muy marcadas. En la cúspide de la pirámide social se encontraban los militares, quienes eran el grupo de poder o clase dirigente; el Cie Quich, era el gobernante de un Confederación de valles; mientras que, los alaec, eran los jefes de cada uno de los valles, quienes se encontraban subordinados a los Cie Quich. Los sacerdotes, también eran parte del grupo de poder, ello tenían a su cargo las complicadas ceremonias religiosas y los sacrificios humanos.


GUERRERO MOCHICA







ORGANIZACIÓN POLÍTICA:
Tradicionalmente se pensaba de que los mochicas habían constituido una única organización política que abarcaba desde Piura hasta Chimbote. La información actual permite desestimar tal hecho; pues existieron diferentes organizaciones que, a lo largo de 700 años interactuaron entre sí; unas veces uniéndose; y otras a través de la conquista. Sobre la base de los vestigios disponibles, sobre todo en las semejanzas de estilo de la cerámica, se puede notar dos grandes regiones: el territorio mochica norte, que incluyó los valles de Piura, Lambayeque y Jequetepeque; el territorio mochica centro que, incluye los valles de Chicama, Moche y Virú, Chao, y por último, Santa y Nepeña en el sur.

Los mochicas no organizaron un estado unificado. En los distintos valles que ocuparon organizaron pequeños estados independientes dirigidos por militares – sacerdotes, quienes se encargaban de planificar las obras publicas, controlar los excedentes de producción y organizar las ceremonias religiosas.

En un momento determinado de su desarrollo histórico los estados establecieron alianzas político - militares, formándose un Confederación de Valles. Esta era dirigida por el Cie Quich, un gobernante militar- sacerdote, a la vez que dirigía las guerras que se emprendían para lograr la expansión territorial.

Sacerdote Moche




MANIFESTACIONES CULTURALES:

CERÁMICA: 


Usaban moldes para elaborar en serie los ceramios, en los cuales representaron frutas, animales y seres humanos. Plasmaron, con gran habilidad, actividades de la vida diaria, como por ejemplo, la pesca, ritos, artistas, cargadores de literas reales; además representaron enfermedades genitales y actos sexuales. En sus inicios preferían el color negro, pero derivaron al rojo – marrón combinado con el blanco: de la monocromía pasaron a la bicromía. El gollete estribo. La labor ceramista era parte del trabajo que debían cumplir los sectores populares en beneficio de las clases privilegiadas.

Los representativos ceramios mochica son de forma globular con asa estribo. Utilizaron moldes para la elaboración de los ceramios, y utilizaron dos colores: el crema y el rojo indio, por ello se dice que fue una cerámica bícroma.



Ø Pictográfico : Escenas de su vida diaria
Ø Patológico : enfermedades
Ø Retratos : Estados de ánimos
Ø Eróticos : Escenas sexuales, cultos a la fertilidad.



CERAMIOS PICTÓRICOS O ICONOGRÁFICO:

En estos ceramios mediante dibujos representaron escenas de su vida diaria, caza, combates, rituales y divinidades. Las elaboraron de forma tan detallada que parecen diccionarios ilustrados.




Músico mochica con tambor.


Pescador mochica en embarcación denominada «caballito de totora».


Representación mochica del tubérculo denominado papa.


CERAMIOS ESCULTÓRICOS:
Elaboraron los mejores ceramios escultóricos del Perú y de América. Fue de forma tridimensional. Destacan: los huacos retratos, que representan rostros humanos en distintos estados de animo; los huacos eróticos, que representan escenas sexuales de seres humanos y animales, posiblemente rindiendo culto a la fertilidad o representando escenas realizadas en contextos ceremoniales; los huacos patológicos, dónde representaron diversas enfermedades como la uta, el bocio, entre otras.


Guerrero mochica genuflexo con armas.


Cerámica escultórica. Varón con parálisis facial.

Arte erótico mochica.

Huaco retrato. Varón sonriendo.




ARQUITECTURA:

Para la construcción de edificios, utilizaron miles de campesinos que elaboraban los adobes tributarios. La fuerza humana era vital para preparar y trasladar miles de adobes odontiformes y de diversos tamaños. Construyeron pirámides truncas de varios pisos con rampas y escalinatas que daban a una plataforma superior. Algunas de sus huacas o santuarios estaban bellamente adornados con pinturas murales y tenían en su interior amplias salas y pasadizos (algunos arqueólogos sostienen que eran ciudades capitales, como por ejemplo, el conjunto arqueológico de Galindo y de Pampa Grande). La dacha de la Luna, en el valle Moche, debió ser la capital en el apogeo de esta ciudad, antes de las guerras con los Wari, con fastuosas construcciones en su centro, donde residían los sacerdotes – astrónomos, mientras que los pescadores y campesinos habitaban viviendas precarias, hechas de quincha y junco, en la periferia de la dacha o en las partes altas del valle.
En los valles del departamento de Ancash, el Estado Moche llegó a ejercer un fuerte control de las tierras; la evidencia es la pirámide de Pañamarca, que al igual que otras huacas, está ornamentada con murales, hoy recubiertos para evitar un mayor deterioro.

Sus principales restos arquitectónicos se encuentran el departamento de la Libertad: la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna. En el departamento de Lambayeque se encuentra la Huaca Rajada, en la que en el año 1987, Walter Alva descubrió la tumba del Señor de Sipán. Otras construcciones importantes son la Huaca Pañamarca, Pampa Grande, Galindo, Pacatnamu, el Complejo el Brujo, etc.

Sitios más representativos de esta arquitectura monumental los tenemos en:


Pañamarca (Valle de Nepeña - Ancash).
Fortaleza de Cholope (valle del Santa - Ancash).
Huaca del Sol (20 m de altura) y de La Luna (48 m de altura, centro de poder), Galindo, Huaca "Florencia de Mora" (Valle de Moche).
Huaca Mocollope, Huaca Cortada, Huaca Cao, Huaca Blanca, Huaca Cartavio, Huaca Amarilla o Mochón, Pacatnamú (Valle de Chicama).
Huaca Rajada - Sipán, Pampa Grande (Lambayeque).
Complejo Arqueológico San José de Moro y el brujo (Valle de Jequetepeque), etc.





EL SEÑOR DE SIPÁN
Era febrero de 1987 cuando el doctor Walter Alva, el arqueólogo Luis Chero, y su equipo se decidieron a excavar en la zona de Sipán, al norte de Perú, en la región de Lambayeque. Al poco de comenzar las excavaciones los hallazgos fueron realmente sorprendentes pues encontraron en una tumba el esqueleto de un guerrero con los pies cortados. En los tiempos a los que pertenecía ese guerrero aquello era el símbolo de vigilancia perpetua, de modo que parecía que algo más debía haber escondido y que seguramente sería lo que ese guerrero vigilaba. Justo debajo de aquel guerrero, a unos metros más de profundidad estaba lo que eternamente debía permanecer oculto: una cámara subterránea de 25 metros cuadrados. Cuando se quitó las vigas que sellabanla cámara, la sorpresa fue mayúscula. Seguramente uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo XX. La historia del antiguo Perú mostrada a los ojos del doctor Walter Alva. Era el mes de julio de ese mismo año, 1987. Era un conjunto perfecto, sorprendentemente simétrico, y de unas riquezas incalculables. En su centro destacaba la pequeña figura de un señor cubierto de joyas entre las que destacaba un disco de 92 milímetros de diámetro hecho de turquesas, coral y lapizlázuli y rodeado de esferas de oro puro. La vestimenta del señor también lucía turquesas y una corona de oro. Los huecos de los ojos se habían llenado con dos réplicas de sus ojos en oro. El mentón estaba protegido por una máscara, igualmente en oro, y la nariz poruna nariguera del mismo metal precioso. El pecho tenía once pectorales con conchas de colores, brazaletes con turquesas, un lingote de oro en su mano derecha (el Sol) y uno de plata en la izquierda (la Luna). A su lado un cetro rematado en una pirámide de oro, y finalmente un collar con 71 esferas de oro. Pero el mayor tesoro encontrado fue una diadema de 62 cms. de ancho y 42 de alto, cómo no, de oro.
Pero el Señor de Sipán no estaba sólo. A su lado se encontraron los esqueletos de dos soldados, también cubiertos de oro y turquesas, que se encargaban de protegerlo en la vida eterna.Además, había dos mujeres que probablemente serían sus esposas, otra mujer más y un niño, y un perro. En todo el enterramiento aparecieron cientos de objetos con piedras preciosas, metales como oro y plata y cerámicas valiosas. Pero aún así, la gran riqueza de este descubrimiento no fueron sus tesoros, sino descubrir su Historia, su pasado, y conocer de primera mano el auténtico pasado del Perú norteño, sus raíces y cultura, la de moches o mochica a quien pertenecía el Señor de Sipán. Justo debajo de aquel guerrero, a unos metros más de profundidad estaba lo que eternamente debía permanecer oculto: una cámara subterránea de 25 metros cuadrados. Cuando se quitó las vigas que sellaban la cámara, la sorpresa fue mayúscula. Seguramente uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo XX. La historia del antiguo Perú mostrada a los ojos del doctor Walter Alva. Era el mes de julio de ese mismo año, 1987. Era un conjunto perfecto, sorprendentemente simétrico, y de unas riquezas incalculables. En su centro destacabala pequeña figura de un señor cubierto de joyas entre las que destacaba un disco de 92 milímetrosde diámetro hecho de turquesas, coral y lapizlázuli y rodeado de esferas de oro puro. La vestimenta del señor también lucía turquesas y una corona de oro. Los huecos de los ojos se habían llenado con dos réplicas de sus ojos en oro.El mentón estaba protegido por una máscara, igualmente en oro, y la nariz por una nariguera del mismo metal precioso. El pecho tenía once pectorales con conchas de colores, brazaletes con turquesas, un lingote de oro en su mano derecha (el Sol) y uno de plata en la izquierda (la Luna). A su lado un cetro rematado en una pirámide de oro, y finalmente un collar con 71 esferas de oro. Pero el mayor tesoro encontrado fue una diadema de 62 cms. de ancho y 42 de alto, cómo no, de oro. Pero el Señor de Sipán no estaba sólo. A su lado se encontraron los esqueletos de dos soldados, también cubiertos de oro y turquesas, que se encargaban de protegerlo en la vida eter En todo el enterramiento aparecieron cientos de objetos con piedras preciosas, metales como oro y plata y cerámicas valiosas.
El Señor de Sipán


El Señor de Sipán, Tumbas Reales en Lambayeque (Perú).

Tumba del Señor de Sipán junto a sus guardianes (cuyos pies fueron cortados)

IDEOLOGÍA E ICONOGRAFÍA
Toda la cosmovisión de los moche, sus creencias y su manera de entender el mundo, se plasmaron tanto en su cerámica como en sus murales, en ellos nos dejaron una vasta iconografía, con mensajes o ideas de su tiempo.
Los artistas moches dibujaron en las paredes de sus santuarios escenas de sacrificios humanos, castigos contra los prisioneros. Existen pinturas que muestran guerreros en forma de pallar y otras que dejan e ver escudos, lanzas y porras con los que persiguen a seres humanos, expresando la necesidad de llevar a cabo guerras de expansión a cargo de un Estado militarista.
Los moches pintaban lagartijas en los ceramios, para representar al sector popular, a campesinos o pescadores; dibujaban zorros, felinos con cuerpo humano que simbolizaban la fuerza de los gobernantes, es decir de sacerdotes y militares, respectivamente.Los estudios recientes dejan en claro que el arte Mochica no captó todos los aspectos de la vida cotidiana y que graficó únicamente imágenes y escenas significativas referidas a eventos, temas ceremoniales constantes y probablemente mitos y relatos que reflejan su concepción del mundo. Una selección representativa nos aproxima a este fascinante mundo de imágenes gráficas.



Cerámica religiosa moche, donde la sacerdotisa le brinda a su señor la sangre de los prisioneros decapitados. Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera

Araña decapitadora: iconografía moche


ROSTRO CON COLMILLOS

ESCRITURA:
Larco Hoyle afirmó que Moche tuvo un sistema de símbolos que contiene información, a manera de escritura y la llamó pallariforme. Se trata de dibujos en forma de pallar y líneas geométricas que encierran una comunicación especial, aún es estudiado para completar la explicación histórica.
Estos objetos están pintados con diversos puntos, marcas, líneas geométricas, que podrían corresponder a un código de escritura.Para otros estudiosos los pallares pintados fueron objetos rituales, o quizás sirvieron para intercambios o fueron fichas de adivinación.







METALURGIA:

Los mochicas elaboraron objetos ornamentales, herramientas y armas. Los metales que trabajaron fue el oro, plata, cobre. Llegaron a obtener una aleación denominada tumbaga, que consistió en mezclar el cobre con el oro o la plata. También utilizaron piedras preciosas como la turquesa. Entre las técnicas para el trabajo del metal destacan: el laminado, martillado, repujado, alambrado, soldadura, etc. La tumba del Señor de Sipán es la muestra más representativa del trabajo de los metales de la cultura Mochica.
Confeccionaban una variedad de objetos de uso real, sacro y militar; también adornos para la élite y domésticos como collares, narigueras, orejeras, brazaletes, pinzas, sortijas, coronas, pectorales, platos, copas, cuencos; instrumentos agrícolas, quirúrgicos, cuchillos, máscaras funerarias, protectores y perfectos instrumentos musicales como sonajas, pitos, quenas, tambores, etc. 
Cuchillo de oro


Metalurgia mochica. Maíz
Orfebrería mochica. Nariguera con incrustaciones de turquesa.

RELIGIÓN:
Tuvieron una gran cantidad de divinidades, muchos de los cuales presentaban rasgos heredados de Chavín. Había divinidades del mar, de la agricultura y del mundo sobrenatural.
Pero su principal divinidad fue Aia Paec, que significa “el Hacedor”. Fue representado en forma humana pero con colmillos de felino. Como adornos presenta un tocado semicircular, orejeras, narigueras, sonajeras y cuchillos atados a la cintura.Ofrendaban sacrificios humanos a sus divinidades mediante rituales y ceremonias especiales. Ello se sustenta en el hallazgo de la tumba de la sacerdotisa en San José de Moro y últimamente con el hallazgo de la Señora de Cao en el Complejo el Brujo. Se trata de una mujer rodeada de ofrendas y con la posesión de una gran copa donde se vertía la sangre de los seres humanos sacrificados. La vestimenta, los adornos y el tocado que presenta son semejantes a la sacerdotisa que aparece representada en los ceramios icnográficos mochicas dirigiendo la ceremonia de los sacrificios humanos.
Los mochicas creyeron en el más allá. Sus tumbas fueron de diversa forma: sarcófagos, cajas de caña, tinajones de cerámica y cámaras con nichos. Los cadáveres los enterraban de manera horizontal, boca arriba mirando al cielo. Junto al cadáver colocaban ofrendas de cerámica, tejidos, mates, objetos de metal. Si el personaje era importante sacrificaban personas para que lo acompañen.

Según Larco Ai-Apaec es el dios principal por sus dioses castigadores

El dios moche Ai apaec, representado en un muro de la huaca de la luna.



Deidad Moche

domingo, 12 de abril de 2015

CHAVIN



I. ASPECTOS GENERALES
La cultura chavín fue una civilización preincaica que se desarrolló durante el Horizonte Temprano y tuvo su centro de desarrollo en Chavín de Huántar que está ubicado entre los ríos Mosna y Huachecsa,1 2 en el actualdepartamento de Áncash.
Tradicionalmente, el desarrollo histórico de Chavín se considera como un “horizonte cultural” debido a sus influencias artísticas y religiosas presentes en otras culturas contemporáneas a ella. Gran parte de aquel desarrollo histórico corresponde al Periodo Formativo específicamente al Formativo Medio y al Formativo Superior que tiene como características la intensificación del culto religioso, la aparición de la cerámica estrechamente relacionada a los centros ceremoniales, la intensificación del cultivo del maíz y la papa, el perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y el desarrollo de la metalurgia y la textilería.
Fue el arqueólogo Julio César Tello (conocido como el «padre de la arqueología peruana») quien la descubrió y consideró como la "cultura matriz" o "madre de las civilizaciones andinas", sin embargo descubrimientos recientes sugieren que la cultura caral ―del periodo Arcaico Tardío― es más antigua que Chavín pese a ello es aún referente en los trabajos generales.3
Tello planteó que la cultura chavín fue de origen amazónico debido a las múltiples representaciones de la iconografía selvática en sus manifestaciones artísticas, especialmente en la cerámica. En su máximo apogeoChavín de Huántar, centro principal chavín, actual Patrimonio Cultural de la Humanidad,4 fue un importante centro ceremonial y centro de irradiación cultural cuya influencia se extendió por gran parte de la costa y sierra de los andes peruanos y posiblemente hasta Ecuador y Bolivia.

II. ESPACIO GEOGRÁFICO
El centro ceremonial de la cultura chavín, Chavín de Huántar, se encuentra ubicado en el Callejón de Conchucos en el lado oriental de la Cordillera Blanca, en la confluencia de los ríos Mosna y Huachecsa, afluentes del río Marañon; en el actual distrito de Chavín de Huántar,5 en la provincia de Huari (región Áncash). 
El pueblo chavín se extendió por gran parte de la región andina abarcando por el norte hasta los actuales departamentos peruanos de Lambayeque y Cajamarca y por el sur hasta los actuales departamentos peruanos de IcaAyacucho, por ello es considerada una cultura panandina.

III. ASPECTOS SOCIOPOLÍTICOS
De acuerdo a algunas teorías, en el estado teocrático chavín los más hábiles por sus conocimientos astronómicos, ambientales del tiempo y del clima se destacaron en su comunidad y terminaron convirtiéndose en sacerdotes y jefes. Se distinguen dos clases bien diferenciadas:
  • Los sacerdotes: La casta sacerdotal, la clase dominante, poseía conocimientos de la astronomía, del tiempo y del clima lo que les proporcionaba gran influencia y poder, también eran grandes técnicos agrícolas, ingenieros hidráulicos y especialistas en las artes.
  • El pueblo: La clase dominada, conformaba la masa popular, es decir, los agricultores y ganaderos, al servicio de la casta sacerdotal.


IV.  MANIFESTACIONES CULTURALES

La cultura chavín desarrolló una expresión artística propia que se manifestó en la arquitectura, escultura, cerámica y orfebrería. Representa el primer estilo artístico generalizado en los Andes, pero sin duda se beneficiaron de las innovaciones aportadas por culturas anteriores, como SechínLas HaldasPampa de las Llamas-Moxeke, y, más atrás en el tiempo, Caral. Un estilo estrechamente relacionado con el chavín es el de Cupisnique, que se difundió por los valles de la costa norte, y que parece ser más antiguo que el de Chavín, según lo sostuvo Rafael Larco Hoyle.

Orfebrería

Ornamento de oro hallado en Chongoyape, perteneciente a tradición Cupisnique.
Modelaban mediante el martillado y el repujado, confeccionando diademas, brazaletes, aretes, orejeras, cuentas de collar y pequeños adornos. Algunas muestras de estos trabajos fueron halladas en Chongoyape y Kuntur Wasi. La alta ley del oro hace suponer que procedían de los lavaderos de los ríos amazónicos.
File:Oro de Chongoyape.jpg

Textilería

Utilizando como materia prima el algodón y la lana, se hacían tapices y tejidos. Estos podían ser simples, bordados y con adornos a base de orlas y flecos. En la costa, según Julio C. Tello:
...aparecen vestigios de hilandería y textilería, como piruros del huso y fragmentos de tejidos de lana y de algodón. Estos son de técnica primitiva a base de red de malla, gasa, acordonado, anudado, trenzado, calado, etc., según las muestras encontradas en las cavernas de Cerro Colorado en Paracas, un trozo anudado procedente de las tumbas de Cerro San Pedro de Ancón y multitud de objetos de cestería y petatería.
Julio C. Tello
Otro tejido encontrado en Ica es la tela pintada donde se observan los personajes religiosos de la cultura chavín que, según algunos arqueólogos, sería un catecismo destinado a difundir el culto religioso de aquella cultura.

Cerámica

La cerámica chavín tiene una forma globular con asa estribo y base plana como la mostrada en la figura.
La cerámica fue extraordinaria. Es generalmente monocroma, en algunas ocasiones es decorado con colores rojo y negro-plata. Se añade una serie de puntuaciones. Entre los seres más representados figuran: seres zoomorfos (felinos, monos, lagartos, serpientes y aves), fitomorfos (tubérculos) y antropomorfos. Los colores más usados fueron: gris, marrón y negro.
Existen dos clases de cerámica chavín:
  • Cerámica utilitaria: para el uso común de la gente del pueblo.
  • Cerámica ceremonial: para las prácticas rituales.


File:Peru Chavin Stirrup-spout vessel with scroll ornament DMA 1970-3.jpg
El estilo chavín:
  • Época rocas. Cuyas características son: forma globular, base plana, asa estribo terminando en pico, además de vasijas y tazones de hasta 50 cm de diámetro.
  • Época ofrendas. En esta fase los golletes (cuellos) son más delgados y su forma es acampanulada.

Escultura chavín

El lanzón monolítico. Tiene la forma de una gigantesca punta de proyectil y se halla en uno de los corredores del Templo Viejo de Chavín. Representa a un dios antropomorfo con boca de felino y cabellera de serpientes.
La estela Raimondi representa a un dios con dos báculos, que según Kauffmann es básicamente similar al dios representado en el lanzón. Tuvo mucha influencia tanto en el espacio como en el tiempo como testimonian los paracas luego los tiahuanacos y finalmente los huaris.
Sus características generales es que fueron hechas de piedra (arte lítico) con énfasis religioso. Las esculturas más relevantes son los monolitos, las estelas y las cabezas clavas.

El lanzón monolítico

El lanzón monolítico (que representa a un dios con el rostro fiero o según John Rowe al 'Dios Sonriente') es una escultura de 5 m de altura que está clavado en medio de un espacio reducido de forma cuadrangular, dentro de un crucero que está debajo de la tierra, en la parte céntrica del Templo Antiguo del complejo arqueológico de Chavín de Huántar. Fue bautizado como el «lanzón» por su forma de punta de proyectil gigantesca, aunque esta denominación es errónea, pues en realidad se trata de un huanca (wanka en quechua) o piedra sagrada, de primordial importancia en el culto religioso. La razón de su peculiar forma es todavía materia de discusión; posiblemente fue tallado para simular la forma de un colmillo. En su superficie está labrada la imagen de un dios con rasgos antropomorfos y zoomorfos (entre estos últimos destacan los cabellos y cejas en forma de serpientes, la boca con dos grandes colmillos y las manos con garras felinas). El ser antropomorfo representado lleva la mano derecha alzada y la izquierda apoyada en el muslo. Posiblemente era la principal divinidad del Templo Viejo de Chavín de Huántar y al parecer es similar al dios representado en la estela Raimondi (su principal diferencia con ésta es que no lleva báculos).

File:El Lanzón.jpg

File:MNCH Detalle del Lanzón A 06122009.jpg

El obelisco Tello

El obelisco Tello (en cuya superficie se halla labrada la representación de dos deidades míticas, o en todo caso, un dios doble) es una escultura lítica de forma de prisma, de 2,52 m, esculpido en las cuatro caras. Representa a una divinidad compleja, existiendo diversas interpretaciones sobre su naturaleza: una «doble divinidad» o dios hermafrodita con cabeza de felino (Tello); la unión de dos caimanes (Rowe); o un dios ave con boca de felino o «felino volador», desdoblado lateralmente (Kauffmann). En toda su superficie se representan multitud de otros elementos: hombres, aves, serpientes, felinos y plantas (calabaza, ají, maní, yuca, etc.). La fama del obelisco Tello es atribuible a la riqueza iconográfica chavín que contiene; se trata de la figura iconográfica más compleja de los objetos chavines. Como ya señalamos, el arte chavín es básicamente naturalista, y los temas principales son los seres humanos, aves, serpientes, felinos, otros animales, plantas y conchas. Formas idealizadas de estos elementos están cubiertas con abundantes elementos más pequeños, a menudo como sustitución metafórica, en algunas secciones del cuerpo representado en el obelisco Tello.

La estela Raimondi

La estela Raimondi (que representa a un dios con dos báculos en las manos) es un monolito de granito pulido de 1,98 m de lado por 0,74 m de ancho, tallado en solo una de sus caras. Representa a un dios con rasgos felínicos con los brazos extendidos sosteniendo en cada mano una vara o báculo. Similar representación aparece también en otras esculturas de culturas andinas posteriores, como la Tiahuanaco y Huari, al cual se conoce como Viracocha, la «Divinidad de los dos Báculos» o «Dios de las Varas».

File:Esteladeraimondi.jpg

Este monolito recibe su nombre como homenaje al naturalista italiano Antonio Raimondi (1824-1890), quien impulsó su traslado a Lima para su estudio y conservación (1874). Fue exhibida en el antiguo Parque de la Exposición. Se salvó del pillaje de las tropas de ocupación chilenas en 1881, al caerse al suelo mostrando solo su parte posterior, que es lisa, por lo que los saqueadores pensaron que se trataba de una simple losa de piedra sin ningún valor. Es por esta fortuita ocurrencia que el Perú pudo conservar esta valiosísima pieza escultórica. Actualmente se conserva en el patio del Museo Nacional de Arqueología Antropología e Historia del Perú.

La estela de Yauya

La estela de Yauya es un monolito en forma de prisma en una de cuyas caras se halla labrada la figura de una ser mítico. Actualmente está quebrantada en cuatro partes. Su fragmento principal fue descubierto cerca de la localidad deYauya (Áncash) por Tello en 1919, quien lo bautizó con dicho nombre. Los otros fragmentos fueron descubiertos entre los años 1960 y 1990. De estos fragmentos se infiere una idea cabal de la forma original del monolito. Medía 3 m de alto, 50 cm de ancho y 18 cm de grosor. Sobre sus relieves existen diversas interpretaciones. Según Tello, se trata de la representación de una divinidad ictiomorfa o con forma de pez; se basa principalmente en los diseños que parecen vértebras del espinazo de un pez y escamas estilizadas. Según Rowe es la imagen de un caimán. Según Kauffmann representa a un felino volador, interpretando como plumas lo que a Tello le parecieron escamas.

Cabezas clava

Cabeza clava. Las cabezas clavas son esculturas líticas que exornaban los muros de los templos chavines.
Las cabezas clavas son bultos escultóricos que representan a cabezas de deidades, hechas en diferentes tamaños. Todas cuentan con una estructura alargada en su parte posterior, con la que eran insertadas en los muros del templo principal o castillo de Chavín. En unos casos presentan rasgos antropomorfos y en otros zoomorfos (felino y ave de rapiña), o bien una combinación de ambos, al estilo de la figura del lanzón monolítico.

File:Cabeza Clava Chavin.JPG

Sobre su función, algunos investigadores afirman que hacían el papel de fieros guardianes de los templos, o posiblemente ahuyentaban a los malos espíritus. Según Tello, representan cabezas trofeos de sus enemigos, costumbre muy arraigada en las zonas selváticas, lo que encajaba en su tesis del origen selvático de la cultura chavín. Otros estudiosos piensan que podrían ser retratos de los sacerdotes chavines (en el marco de rituales religiosos en donde se usaban sustancias alucinógenas, cuyos efectos en los rostros de los sacerdotes estaría retratado alegóricamente en cada cabeza clava, a manera de secuencia).
El obelisco Tello representaba los ciclos de la naturaleza y al jaguar, era hermafrodita, es decir, que tenía dos sexos. Esta es la representación más complicada de la escultura Chavín.

Arquitectura

La arquitectura se difundió por todo el territorio, caracterizándose por las estructuras en forma de U, plataformas, pirámides truncadas, plazas hundidas y rectangulares y pozos circulares. Sus construcciones fueron mayormente líticas (hechas de piedra) aunque en algunos lugares, especialmente en la costa, también utilizaron el barro y adobe.
El principal ejemplo de la arquitectura chavín es el santuario de Chavín de Huántar cuya construcción se puede dividir en dos fases: la primera fase corresponde a la construcción del Templo Viejo (1200-500 a. C.), y la segunda, que corresponde a la construcción del Templo Nuevo (500-200 a. C.). El diseño del templo no habría resistido al valle accidentado recorrido por el río torrentoso de Mosna, sin embargo los chavines crearon un sistema de drenaje con dos propósitos: uno que permitía el paso de las aguas por debajo del templo y otro con la intención de producir ruidos rugientes como de un inmenso felino. Esto haría que el templo de Chavín de Huántar pareciera estar rugiendo como un jaguar. El templo está construido con granito, piedra caliza blanca, piedra caliza negra y barro.

File:Chavin - Août 2007.jpg

Otros centros ceremoniales con ocupación o influencia chavín y contemporáneos a Chavin de Huántar fueron:
  • Chupas (Ayacucho).
  • Campanayuq Rumi (Ayacucho).
  • Pucara (Puno).
  • Kaluyo (Puno).
  • Ocucaje (Ica).
  • Carhua (Ica).
  • Kotosh (Huánuco).
Hay que señalar que varios de estos «centros ceremoniales» surgieron antes o después de la construcción del santuario de Chavín de Huántar, y que este sitio no fue el único centro de difusión cultural del formativo andino, como creyó Tello, sino que tal papel lo desempeñó simultáneamente otra cultura, situada en la costa norte, la cultura Cupisnique, cuyo centro principal fue Huaca de los Reyes, en el complejo de Caballo Muerto (La Libertad).

V.RELIGIÓN
El pueblo chavín fue al parecer politeísta  y adoró a dioses terroríficos. Según Tello, la religión chavín habría tenido influencia amazónica, ya que sus esculturas muestran seres sobrenaturales, con rasgos felínicos como del jaguar o el puma, caimanes, serpientes y diversas aves andinas como el cóndor y el halcón, o amazónicas como el águila harpía. El culto chavín se estimuló debido al progreso técnico alcanzado en la producción agrícola, en el desarrollo textil, en la pesquería (uso de grandes redes de pesca), en la orfebrería y la metalurgia del cobre. Estos avances técnicos impulsaron el desarrollo económico y condujeron a la construcción de muchos centros ceremoniales.
El sitio sagrado de Chavín de Huántar fue indudablemente un punto central para los rituales religiosos. La vestimenta y la música tenían parte importante en las ceremonias. La religión chavín tuvo como cabeza principal a una casta sacerdotal; es probable que existiese la figura de un «gran sacerdote», como en la jerarquía religiosa incaica.
Para Tello, el llamado «dios de los báculos» o «dios felino», considerado el principal del panteón chavín, era la más antigua versión de la imagen de dios Viracocha, que tiempo después aparece difundida en todo el mundo andino. La más imponente de las representaciones de este dios chavín aparece en la Estela de Raimondi: tiene una forma antropomorfa en posición frontal con los brazos extendidos en los cuales sostiene dos báculos, presenta cabellos en forma de serpientes extendidos y una boca felínica. Pero todo indica que esta deidad no fue una creación chavín, pues modernos descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz representaciones de deidades similares, con colmillos de felino, en diversos sitios cronológicamente anteriores al santuario de Chavín (como en Sechín Bajo y Huaca de los Reyes). Sin embargo, es probable que fueran los chavines los que difundieron su culto por gran parte del mundo andino. Se le ve también presente en el arte de la cultura paracas, que coincide con la fase final de Chavín. En el Horizonte Medio ese mismo dios (o tal vez otro con rasgos similares) se halla representado en el arte tiahuanaco y en el arte huari.
Según una teoría del arqueólogo Richard Burger, la religión chavín implicaba la transformación del ser humano a otro a través del uso de sustanciasalucinógenas. Muchas esculturas representan la transformación de una cabeza humana a una cabeza de jaguar. El uso de sustancias alucinógenas para fines religiosos era común según los hallazgos arqueológicos encontrados. Los sacerdotes chavines utilizaban el cactus de San Pedro y las semillas de la anadenanthera, dada sus propiedades alucinógenas. Son a menudo representadas en las imágenes talladas, por ejemplo en la imagen de un ser antropomorfo que lleva el cactus en la mano como un báculo. Hay imágenes que representan figuras humanas con fugas de mucosidad de la nariz (un efecto secundario resultante de la utilización de esos alucinógenos). La sustancias psicotrópicas contenidas en las plantas catalizaban en los sacerdotes el estado de trance, y por lo tanto el estar «más cerca de las divinidades», y otros beneficios, que les permitió mejorar su visión (dilatación de las pupilas) y penetrar en las profundidades del templo en la oscuridad absoluta.
La iconografía de figuras antropomórficas con rasgos de felino, serpientes y de otros animales es una característica importante de la cultura chavín. Todas estas deidades son representadas en las diferentes manifestaciones culturales como en la cerámica, la metalurgia, la textilería y las esculturas en piedra y hueso.

Al no haberse conservado los relatos míticos de esa lejana época (hacia 1000-200 a. C.) existe una diversidad de interpretaciones sobre las figuras representadas en las esculturas chavines. Se habla así de un «dios jaguar» importado de la selva; otros han visto representaciones estilizadas de caimán, ave o araña. El arqueólogo Federico Kauffmann Doig ha hecho notar que esas interpretaciones dispares surgen de la contemplación aislada, fuera del contexto iconográfico andino del que forma parte Chavín. Comparando con otras iconografías contemporáneas y posteriores, Kauffman sostiene que la divinidad representada en los monolitos de Chavín es básicamente un ser híbrido: mitad hombre con boca atigrada y mitad ave de rapiña, al cual ha denominado piscoruna-pumapasim(quechua: hombre-ave con boca atigrada). Este «felino volador» estaría relacionado con el culto al agua, de tanta importancia en las civilizaciones agrícolas del Perú antiguo.